jueves, 22 de diciembre de 2016

UN SENTIMIENTO QUE OS COMPARTO.
Retorno del brindis a los nocturnos,
del Verdi épico al Chopin interno,
de la libación de vital esplendor
a la bella compañía silenciosa.
Mis manos sienten el frío de antaño,
y se reconfortan en el viejo calor,
se mueven dibujando recuerdos.
Mi pensamiento se encierra en mí.
Manos, recuerdos, pensamientos
sumergidos en la sombra inviernal
cuando el otoño dobla la esquina.
Y se hacen vivos los pasados,
prendidos en azules de cielo,
sumergidos en acogedores mares.
También en el ruido de una fábrica,
en cautelosas reuniones nocturnas
o en agrestes parajes solitarios,
lejos de la curiosidad malsana
de los nada propicios a la palabra,
de las siempre vivas cartucheras
que hablaban de la maldad de origen.
Pensando y recordando aquello
siento que alargué mi estatura,
me subí al atril de la dignidad
marchando junto con hermanos.
Caminamos, caímos, levantamos,
sentimos que sumados existíamos
y mejoramos algo la vida colectiva.
Ha pasado mucho tiempo de aquello,
hoy siento la necesidad de volver
al brindis de la vida y de la lucha
y también a la silenciosa compañía.
Juntemos manos de nuevo,
amores, luchas, penas, alegrías,
lágrimas por manos dichosas que se fueron.

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