martes, 16 de agosto de 2016

UNA MIRADA A LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE 2016. MÁS MERCADO QUE DEPORTE, ATLETISMO Y ARTE.

No debería sorprenderme ni extrañarme, pero todavía me sorprende y extraña: En los Juegos Olímpicos, en teoría fiesta de fraternidad, convivencia y emulación pacífica entre personas y pueblos, hay demasiado negocio, manipulación política y oportunismo para ganar a toda costa y cómo sea. De esta concepción vienen fundamentalmente los dopajes que implican a personas y países, prostituyendo el sentido deportivo con tal de ganar, algo que se debe cortar de raíz. El olimpismo, entendido como intercambio de habilidades deportivas, humanas y, como no, compitiendo entre ellas como contraste personal y colectivo entre diversas formas de preparación atlética y artística, de esfuerzo y hasta de sacrificio, debe ser, aunque parezca ingenuo por mi parte, juego limpio en todo. Debiendo tenerse en cuenta, además, que actualmente refleja los diversos niveles de desarrollo económico y social entre países altamente desarrollados y otros empobrecidos, una injusticia fruto de la explotación y saqueo en que se ven sometidos muchos pueblos, de los enfrentamientos y guerras y consecuentemente con todo ello, hasta de las maneras diferentes de enfocar la vida, o la subsistencia.




Dejo esta observación general ya que lo que quería decir en esta ocasión son unas pocas cosas sobre "anécdotas" que se han producido ya en lo que llevamos de juegos, que demuestran la inmoralidad humana de algunos países y personas y su utilización política en busca de "prestigio"  personal y de negocio. Para concretar, ha habido y hay una campaña, basada fundamentalmente en los EEUU y satélites, para bloquear a Rusia y China como potencias deportivas, atléticas y artísticas, buscándose en el caso de Rusia la descalificación total para que no pudiese participar en los Juegos, no sólo la descalificación de los/as que se doparon. Al final, el COI parece haber resistido las presiones y ha tomado una decisión alejada de los deseos de los que quieren apartar a los principales adversarios. 

A pesar de ello, Yulia Efimova, tetracampeona del mundo de natación sufrió el desprecio del público, especialmente del yanqui y de sus propias compañeras de competición, cuando ganó la medalla de plata en la prueba de los 100 metros pecho. Ha ocurrido algo parecido con un medallista chino. Son sólo dos muestras, hay más afectando a otros/as participantes.



DESEO ¿INGENUO? QUE LOS JUEGOS OLÍMPICOS SEAN LUGAR DE ENCUENTRO ENTRE PUEBLOS Y PERSONAS.

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