jueves, 17 de marzo de 2016

Recuerdo vivo de Umberto Eco y de Antonio Machado en Juan de Mairena. A propósito del debate de investidura

Umberto Eco desentrañó en algunos de sus trabajos, la semiótica cultural o, hablando en plata, la teoría general de la cultura y la realidad social, para ver y conocer qué es el lenguaje y qué encierra el lenguaje para explicar las cosas y relacionarse social y politicamente. Es mucho más rico y complejo pero vamos a dejarlo aquí, porque hoy sólo me interesa contrastar la distancia que hay entre el lenguaje político y los protagonistas del mismo y la realidad social y humana en el mundo y en España, sea en Madrid, Catalunya, Euzkadi, Andalucía, o Castilla y León…Umberto Eco fue, además de filósofo y escritor, un gran analista y expositor crítico de la utilización del lenguaje para manipular y tergiversar la realidad. Y recuerdo también el Juan de Mairena en su “La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero”, “de acuerdo”, dice Agamenón, “no estoy de acuerdo”, dice el porquero. O, recordando a Antonio Machado, el creador de Juan de Mairena, “Españolito que vienes al mundo te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón”. Relativizando un poco el sentido de incitación a la duda de Juan de Mairena para conocer la verdad, no era la misma la verdad del porquero de Agamenón que la de su amo, o la visión dramáticamente realista de España de Antonio Machado, antes de ser enterrado en Collioure hace 75 años, como tantos otros españoles y españolas en cualquier lugar de España, o en el mismo exilio del gran humanista, poeta  y defensor de la libertad  y derechos de la clase trabajadora. Considero que la España que vivimos en la actualidad no tiene en nivel de dramatismo social y marginación que la que estudió, glosó, vivió y sufrió Antonio Machado, pero continúa manteniendo niveles de paro, pobreza, desigualdad, intolerancia e inseguridad, intolerables en sociedades modernas y económicamente desarrolladas. Y el mundo actual vive una coyuntura que, sin recurrir al catastrofismo, tiene rasgos de violencia, miserias y enfrentamientos parecidos a los que van desde la Guerra 1914-1918 a la IIª Guerra Mundial. Lo que hace que organismos muy diversos y personalidades de pensamiento plural hablen de la posibilidad de una nueva guerra de carácter mundial, algo que se está produciendo ya en amplias e importantes zonas del mundo, destruyendo a  personas y países, cuyo ejemplo más trágico lo tenemos en Afganistán, Iraq, Libia, Somalia, Yemen, Siria..., sin olvidar la situación en la antigua Yugoslavia, o en la Ucrania del golpismo fascista impulsado por EEUU y la UE.

Esta entrada me sirve para introducir una opinión política sobre los “sucesos consuetudinarios que acontecen en la rúa”, como dicen los políticos retóricos, emulando a la frase redicha y falsa de Juan de Mairena, en vez de lo que “pasa en la calle”, como le contesta y aclara al maestro el alumno claro, honesto e inteligente, y como decimos los que todavía creemos en la calle y en sus problemas y en la necesidad de solucionarlos, derrotando las políticas conservadoras y neoliberales disfrazadas de sentido común, patriotismo económico y caridad social para engañar al crédulo, y rechazando asimismo demagogias, retóricas y brindis al sol, que empiezan asaltando los cielos de la casta y terminan arrastrándose por el mismo barro que ésta. En estos momentos está hablando Pedro Sánchez en el Congreso y sigo su discurso para tomar nota de sus propuestas. Ya le he escuchado y paso a valorar su intervención y alguna reacción de los distintos grupos parlamentarios. Si escucháramos sólo el ruido de las palabras cuando salen de la boca, aunque tengan una música bien modulada para contentar a todos los públicos, podríamos decir que el discurso de Pedro Sánchez, cubre el expediente. Grita menos que en la campaña electoral y habla de generalidades, proponiendo líneas de trabajo y algunas concreciones formales sobre paro,  precariedad en el trabajo, propuesta de ley para acabar con la desigualdad salarial entre hombre y mujer por un trabajo igual; plan de emergencia social para hacer frente a la situación vulnerable de las personas discapacitadas, en paro y de las que trabajando no pueden cubrir las mínimas necesidades; medidas drásticas contra la corrupción y reforma fiscal para reducir el fraude; compromiso sobre un pacto de estado para una transición energética que cierre las centrales nucleares con 40 años de uso e impida el fracking o extracción de gas por métodos destructivos; protección medio ambiental y reforma de la ley de costas para evitar la especulación del suelo y la construcción al estilo “Algarrobico”; fortalecimiento de la estabilidad presupuestaria y negociación con Bruselas para que el ajuste no sea sólo recortar gasto y bienestar social como exige Bruselas, 10.000 millones más, y mantener la  contrarreforma del artículo 135 de la Constitución, sino pagar lo que exige la UE pero alargando los plazos de pago. En este marco denuncia el fracaso de la política del PP,  que deja 5 millones de parados/as y un 5% de déficit público, sin tener en cuenta que el gobierno del presidente Zapatero dejaba un nivel de paro y déficit igual o superior. Y como guinda sobre el papel de la UE, que ésta solucione el problema de los refugiados, sin siquiera mencionar sus responsabilidades en las guerras, que son la causa de este masivo exilio y de la miserable actitud de abandono de éstos en el mar y su persecución e internamiento en toda la UE. Muchos enunciados y pocas concreciones de cambio real.

P. Sánchez terminó planteando la disyuntiva entre “cambio y diálogo”, con la propuesta de “mestizaje” ideológico entre ideologías contrapuestas, que defiende en el acuerdo con Ciudadanos, o que España siga igual como quiere el PP con su soberbia e imposición. Ni una palabra autocrítica sobre las responsabilidades del PSOE, desde su acción en el gobierno o desde la oposición.

El PP, como era de esperar, más de lo mismo: recogieron una España desahuciada por las políticas del PSOE y la han convertido en la joya de la corona de la UE en crecimiento, creación de empleo, y optimismo social, aunque ello sólo coincida con los sectores económicos ricos y medio ricos y no con los millones de hombres y mujeres que han perdido trabajo o casa, o ambas cosas, que lo tienen precario y, a veces gratis, y que son, en definitiva, los perdedores de la crisis producida por el capitalismo neoliberal europeo y español. Que esperan el pase del PP a la oposición para largo tiempo pero que tampoco creen mucho en las políticas que se presentan como alternancia, que no como alternativa.

Llegó el turno de Podemos, con una intervención de Iglesias cosiendo harapos en tono histórico- profesoral e histriónico, de las políticas “ a la Carta” presentadas en dos años: recupera el discurso de “izquierdas” que prodigaba cuando iba a “asaltar los cielos”, critica al PSOE por mezclar ideologías en su “mestizaje”, él, uno de los que más ha repetido dentro de Podemos, que no son de izquierdas ni de derechas; reivindica a los que lucharon y sufrieron con el franquismo después de haberlos insultado. P. Iglesias es un personaje siniestro, aunque tenga 69 diputados/as y haya en Podemos mucho/as afiliados y activistas de izquierda, honestos y combativos. Los socios, Xavier Domènech, de En Comú Podem, y Alexandra Fernández de En Marea, son una muestra patética y hasta cómica de la pérdida de papeles y degradación política de la “izquierda”.

Albert Rivera, en buen tono y discurso trabado partió de su ideología demócrata-liberal, por tanto conservadora en políticas económicas con algún tinte social, de aceptación tal cual de la UE y el euro, de la política internacional, dejando claro que su modelo es el capitalismo neoliberal europeo y no Grecia o Venezuela.

ERC y Democràcia i Llibertat también más de lo mismo. Tardà en su tono apoteósico y grotesco y Homs en su tono de educado burgués: dividir, fragmentar y trocear a las clases trabajadoras y pueblos en su afán aventurero, mesiánico, y de identidad artificial, creada desde un falseamiento de la historia, que me produce vergüenza ajena y como catalán. España, según Tardà, y Homs, es un  antro de corrupción, mientras en Catalunya reina la honradez y el Presidente Pujol durante 23 años, su familia y una larga lista de saqueadores de lo público no existen o han sido amnistiados por ser “els nostres lladres”. Contando con el seguimiento sumiso de organizaciones que todavía se califican de izquierdas, con dirigentes tipo  Xavier Domènech o Nuet,  el “rojo” teñido.

La intervención de Alberto Garzón buena y correcta, con silencios significativos en cosas como”el dret a decidir”, yendo a rueda  de lo que dicen los independentistas.

Finalmente, remarco que PP, PSOE, DiLL, ERC, PNV y Ciudadanos, y casi todos los demás, salvo IU y algún grupo menor, aceptan la OTAN y sus “guerras humanitarias”, las bases y los pactos bélicos con EEUU. Nadie ha dicho nada sobre ello, dándolo por obvio, tampoco IU, que podría  haberse diferenciado totalmente de los demás con la posición nítida de una izquierda que está por la paz, contra la guerra, por la solidaridad internacionalista y colaboración entre los pueblos y gastar en desarrollo social de los pueblos empobrecidos y mejora social de las clase trabajadora de los desarrollados  económicamente el dinero que se derrocha en guerras y armamento, transformando las bases bélicas en bases para la paz.

Publicado en la columna "Paz, Internacionalismo, Socialismo" del nº 294 de la edición impresa de Mundo Obrero de marzo de 2016

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