miércoles, 9 de diciembre de 2015

LAS ELECCIONES FRANCESAS, NECESIDAD DE UNA REFLEXIÓN PROFUNDA SOBRE EL TRIUNFO DE LA EXTREMA DERECHA Y LA DERROTA DE LA IZQUIERDA.

EL FRENTE NACIONAL, PRESIDIDO POR MARIE LE PEN, GANA LAS ELECCIONES EN FRANCIA.
Se abstiene un 50 por cien de los votantes. El Frente Nacional obtiene el 29,1% de los votos emitidos; el Centro Derecha, alrededor de Les Republicaines de Nicolás Sarkozí el 26,78; el PSF, en el gobierno, el 22,99; el Frente de Izquierdas, heterogénea coalición presidida por Jean Luc Melenchon y formada por el PCF, Partido de Izquierda, Izquierda Unitaria, Izquierda Anticapitalista, Partido de los Obreros, República y Socialismo, Los Alternativos, Federación por una Alternativa Social y Ecológica y Convergencia y Alternativa, no llega al 5%, según los datos que he podido obtener, que no me ha sido fácil, ya que en Francia el sistema funciona más o menos como aquí, lo más claramente de izquierdas marginado de la información regular.   
El Frente Nacional, que ha ganado en 6 de las 12 regiones en que se divide Francia, representa la extrema derecha francesa, el ultranacionalismo, y tiene una fuerte implantación social y electoral, no sólo en las zonas más tradicionales de la derecha y con un nivel de vida más alto, sino, fundamentalmente, en las ciudades, regiones y barrios más proletarios, en los que historicamente el voto de la clase obrera y popular a la izquierda, PSF y PCF, era absolutamente mayoritario. La izquierda, si cogemos a los dos partidos que historicamente la han representado, o dicen representarla todavía, el PSF y el PCF integrado en el Frente de Izquierdas,  ha mantenido una presencia testimonial en estas zonas, en relación a su anterior hegemonía social, organizativa, política y electoral. ¿Qué ha sucedido a lo largo de los años para llegar a esta situación, ya que ello es fruto de un proceso que conduce a estos resultados? 
Vayamos por partes. Los sectores que más votan al FN, según los estudios sociológicos, son los jóvenes entre 18 y 22 años y los obreros, en unas zonas más que en otras, pero en términos generales en toda Francia. ¿Qué mensaje tiene el FN presidido por Marie Le Pen? Sabemos que es xenófobo, antieuropeo y está en contra de la inmigración, pero si nos quedáramos con sólo estos datos que, normalmente, se identifican con la extrema derecha, haríamos un análisis simplista, que no nos explicaría el conjunto del fenómeno, de cómo puede ganar la extrema derecha en las zonas obreras y populares donde ganaba siempre la izquierda. Veamos el proceso del FN en los últimos años: Marie Le Pen expulsa del partido a su padre por considerar que sus actitudes racistas y fascistas extremas son una losa para el FN, por decir que el holocausto fue un incidente de la 2ª Guerra, y por otras cuestiones parecidas, e introduce importantes matices, en algunas cosas cambios, en el programa y discurso del FN; el FN asume el programa económico y social histórico de la izquierda en su conjunto y lo defiende politicamente, mientras en la izquierda, el PSF acepta lo fundamental del neoliberalismo y el Frente de Izquierdas va a remolque de la situación; el FN se opone a las privatizaciones y defiende la nacionalización de sectores productivos fundamentales, mientras la izquierda socialdemócrata acepta las privatizaciones; el FN se opone a las guerras que se están produciendo estos últimos años y a la actitud de boicot y cerco a Rusia mientras el centro derecha presidido por Sarkozi y la socialdemocracia de François Hollande apoyan las guerras; el FN declara que Europa es esclava de EEUU. Y como paradoja curiosa la campaña electoral del FN es  a pie de calle, en los barrios, sin actos espectaculares y buscando el contacto con la gente, algo que había sido patrimonio de la izquierda.
En este análisis de urgencia no puedo decir más, intento sólo dar algunos elementos de reflexión para que se tome conciencia de cómo se puede cortar el auge de la extrema derecha con algo más que descalificaciones cuando le dejamos a ésta todas las vías para que penetre profundamente en el mundo de las clases trabajadoras y populares, tradicionalmente y hasta hace pocos años vinculadas estrechamente a la izquierda sindical y política. Y esta penetración sólo es posible cuando la izquierda progresivamente, por acción u omisión, va perdiendo sus señas de identidad, fundadas en valores y principios morales, culturales, políticos y socio-económicos, orientados a la justicia social, a la igualdad, en contra de la guerra y en defensa de la paz, por la solidaridad y fraternidad internacionalista entre los pueblos para terminar con el derroche de una minoría y la pobreza de la mayoría, por el cambio social orientado al socialismo.
Tendremos que volver al tema. Hoy no puedo profundizar más, pero sería muy positivo y enriquecedor vuestra participación con el conocimiento que tengáis de cuestión tan importante y con las ideas y opiniones que consideréis oportunas. La izquierda debe reconstruir su programa político, su discurso, su relación con la sociedad y su práctica, eludiendo dos cosas: la claudicación ideológica y hasta anímica frente a la ideología y programas de la derecha, se vistan como se vistan; y sustituyendo la dialéctica y el análisis a partir del materialismo histórico por dogmas intemporales,  voluntaristas y triunfalistas.
   

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