viernes, 18 de diciembre de 2015

Causas reales de las guerras y del terrorismo

El terrorismo actual que azota el Oriente Próximo y Medio, África, Europa, con coletazos en otras partes del mundo, tiene un origen principal, sin descartar movimientos irracionales telúricos, o no tanto, que nacen de la profundidad de grupos y personas que utilizan la violencia como necesidad patológica, sin causa aparente. Yendo a las causas reales de las guerras y del terrorismo, las guerras actuales tienen siempre un origen económico-financiero y de posesión de las materias primas, base del capitalismo siempre y especialmente en esta etapa de la globalización neoliberal absoluta, con un mercado financiero y en mercancías único, controlado por los grandes grupos y empresas transnacionales. Podemos hablar con toda propiedad y certeza de un “Nuevo Colonialismo”, basado en la rapiña de las materias primas y riquezas naturales de los países y en la necesidad del dominio territorial militar.



Por todo ello, cuando países como Rusia y China se convierten, en el terreno económico y militar, en importantes referencias a nivel internacional, son calificados inmediatamente de competidores desleales y de enemigos a denunciar y combatir. De la misma manera que se hace con los BRICS (Brasil, China, Rusia, Sudáfrica, India) porque el sistema no quiere una nueva referencia internacional plural, que no amenaza ni agrede a los países, que defiende unas relaciones multilaterales sin dominio de ninguna potencia o grupo de potencias, que propone la colaboración económica y de todo tipo en el mundo a través de la política, el comercio cooperativo, el diálogo, la negociación y la paz: es, sería, la forma de acabar con las guerras, afrontar de una vez el desarrollo económico y social de los países empobrecidos, víctimas del sistema actual, y eliminar la miseria, las epidemias que se pueden eliminar con tratamientos elementales y el analfabetismo.



En relación a una de las más graves consecuencias de esta situación, es que el terrorismo de estado aplicado por la OTAN, o a nivel de EEUU, acompañado de Reino Unido y otros estados, las guerras que han iniciado, de Afganistán a Siria, pasando por Yugoslavia, Iraq, Libia, Siria, Yemen, Centro África.., el apoyo, la financiación, el armamento y la preparación militar que se ha dado a grupos de mercenarios y terroristas, coordinados por agentes de la CIA, el MI6 y el Mossad, como principales instrumentos de la conspiración y subversión del neocolonialismo internacional, contra los países que quieren construir un nuevo tipo de sociedad, caso de Venezuela y otros, o que, simplemente, defienden su soberanía, ha producido una explosión de terrorismo de masas, camuflado o inmerso en la religión, que se ha convertido en el ejecutor de actos de barbarie como los que se han cometido en París, Beirut o Mali, o como se cometen diariamente en Siria, Libia, Iraq o Afganistán. A los creadores de movimientos terroristas para utilizarlos contra los gobernantes y países no sumisos se les ha ido de las manos.



No es pues un problema de banderas, a ver quién coloca más, como ha sucedido ahora con la francesa, no con la del Líbano o Mali, y menos para atizarse con ellas. Es un problema de ideas, de desarrollo económico, social y educativo-cultural, de paz, de convergencia y colaboración de pueblos, culturas y religiones diversas, sobre la base de no imponer falsedades y de sociedades con leyes democráticas laicas, válidas para religiosos, agnósticos o ateos. Es, en definitiva, un problema de lucha de intereses y de clases, no de identidades diversas. Todos somos seres humanos, no compartimentos estancos de seres humanos diferentes. Es, para resumir, una cuestión de internacionalismo solidario y universal, no como una consigna falsamente “revolucionaria”, sino como urgentísima necesidad del mundo actual, si queremos que subsista, cuando tantos gravísimos problemas, económicos, sociales, medioambientales y de convivencia existen, que requieren toda nuestra inteligencia y tesón para solucionarlos.



Dicho para que no se dividan los problemas como si no tuvieran relación: refugiados, terrorismo, París, guerras que surgen de la nada etc., algo que, según veo, predomina en todas partes, incluyendo nuestras elaboraciones y discursos.



NO A LAS GUERRAS. NO AL TERRORISMO. NO A LAS BASES BÉLICAS Y CONVERSIÓN DE LAS MISMAS EN BASES PARA LA PAZ Y EL DESARROLLO DE LOS PUEBLOS. LIBERTAD PARA MANNING, ASSANGE Y SNOWDEN.




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