Guido Westerwelle, ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, miembro de la CDU, el conservador partido demócrata-cristiano de la propia Angela Merkel, ha criticado al gobierno "socialista" francés, presidido por el también "socialista" François Hollande, por armar a los terroristas en Siria. Aunque no sea nada nuevo, es necesario de vez en cuando refrescar la memoria para no perderse en intrincadas especulaciones sobre las nominaciones ideológicas formales: Westerwelle conservador, critica armar a los terroristas sirios; Hollande "progre", los arma. Elena Valenciano, "progre", pedía urgente intervención armada en Siria, incluso sin aval de la ONU; Margallo, conservador, pedía calma y decía que se debía esperar el aval de la ONU. El gobierno español, del PP, daba carta blanca para la utilización de las bases de Rota y Morón, por EEUU y la OTAN, si se decidía bombardear Siria; pero el acuerdo de ampliación de las bases para intervenciones bélicas agresivas, fue uno de los últimos actos "progres" del gobierno que presidía Zapatero. La Junta de Andalucía, presidida por Griñán antes, y por Susana Díaz ahora, ambos del PSOE, en coalición con IU, no ha dicho esta boca es mía. O sea, que todo está mezclado, no todo es lo que parece, el nominalismo ideológico o político es un indicativo, pero de ninguna manera es coherente con la actuación política de unos u otros partidos.
ALGUNAS COSAS COLATERALES A LO ANTERIOR.
El aroma del petróleo, para controlarlo y venderlo, esté donde esté, y la venta de armas a quien sea, a terroristas, o a gobiernos que fomentan terrorismos, es un olor tan intenso y dulce que ablanda, o liquida, la defensa de los derechos humanos, aceptando credulamente que éstos formen parte de los principios de tantos gobiernos, empezando por los principales poseedores de los pozos petrolíferos y de las fábricas de armas. Creo que no es necesario nombrarlos uno a uno. Y el negocio siempre invita a callar los crímenes de los amigos.
Esto viene a cuento de que Arabia Saudí es, junto a Israel, uno de los principales socios de los EEUU y de la mayoría de países europeos, aunque de vez en cuando se lancen exclamaciones de repugnancia ante su actitud contra las mujeres, su explotación brutal de la mano de obra tercermundista, o sus formas de castigo del delito.
Arabia Saudí utiliza el petróleo y el integrismo wahabista como armas de intervención contra sus enemigos. Los wahabistas consideran enemigos del Islam a los no musulmanes, y a los que siendo musulmanes considera "infieles", por no ser integristas religiosos, o por ser laicos. A todos ellos les lanza el yihad, o guerra santa.
( Leer a Nazanín Armanian en Público digital de 23 de septiembre, el artículo "Arabia Saudí: el silencio blanco y un cóctel de wahabismo y petróleo".
LIBERTAD PARA LOS 4 PATRIOTAS CUBANOS PRESOS EN EEUU. Y PARA MANNING. CESE DE LA PERSECUCIÓN FASCISTA CONTRA ASSANGE Y SNOWDEN.
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