lunes, 29 de noviembre de 2010

Los economistas sabios, el rey y los grandes empresarios.

Los empresarios y economistas sabios van al rey a pedirle que actúe e interceda por unos intereses propios, con el argumento de que son los intereses de todos. Empresarios que son corresponsables de la crisis actual, y de todas, y economistas que están, en general, al servicio de los primeros y que ni se olieron la crisis cuando estaba encima y la negaban jurando que era algo pasajero, fruto de la actuación de unos desaprensivos. Son los que van al actual jefe de Estado para que atienda sus demandas.
A los pocos días se celebra la reunión del presidente del gobierno con una selecta representación del capital español. En esta reunión, hecha para calmar a esos seres criminales, ladrones y empobrecedores de pueblos llamados mercados,no se vierte ni una sola critica al neoliberalismo, como expresión más brutal del capitalismo. Al contrario, se pide más mercado y más liberalización. Los corresponsables de meternos en la crisis, nos la quieren hacer pagar más cara todavía y continuar mandando, con más contundencia si cabe, como si no hubiese pasado nada.
El presidente Zapatero les reclama más inversiones a los empresarios y les promete más celeridad en la aplicación de las medidas de reforma laboral, rapidez en la aprobación del recorte de pensiones, en el alargamiento de la edad de jubilación y en el proceso de reestructuración de las cajas, hacia su progresiva privatización.
Los empresarios piden acciones más contundentes y la preparación de inmediato de un segundo paquete de medidas en la misma línea antisocial que las ya aprobadas, y así cuando llegue el PP al gobierno encuentre el trabajo sucio hecho y no tenga que tomar decisiones que posiblemente serían más contestadas socialmente.
Creo que debemos tener un lenguaje sobre esa gente que sea mas nítido y clarificador. Diferenciar y valorar al empresario creativo y honesto economicamente, laboralmente y socialmente, al pequeño empresario y al
autónomo, que son los que verdaderamente contribuyen, con los trabajadores asalariados, a crear una riqueza socialmente útil, del empresario especulador en bienes, servicios y finanzas. A este último se le tiene que calificar como lo que es: egoísta y antisocial, sin escrúpulos, con tal de enriquecerse a costa de todo.
Resumiendo, la reunión escenificó la subordinación del poder político y de la democracia a la parte más determinante del poder económico y financiero. En la reunión con el rey y con el presidente del gobierno se oficializa la muerte de la política democrática y su total suplantación por los mercados, representados en gran parte por ladrones que protegen a otros ladrones. De la reunión no ha salido ni una sola critica a la mafia de especuladores, ni una sola medida de control democrático de la economía y de las finanzas. Eso estaría reñido con el mercado y con el capitalismo, a los que están subordinados y defienden.
Zapatero, el gobierno y el PSOE, están definitivamente acabados como referencia socialdemócrata real, como mínima referencia de izquierdas. No produce ninguna alegría escribir eso y mucho menos en el día del triunfo electoral de la derecha nacionalista en Catalunya.

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