domingo, 10 de octubre de 2010

¿ Medios de comunicación o de propaganda ?

Hoy no voy a citar a ningún medio en concreto ni a periodistas con nombre y apellido, que cada cual saque sus conclusiones sobre el carácter de la información, opinión, propaganda y manipulación de cada medio y de cada firma. Pero sí quiero señalar y remarcar contenidos y formas diferentes de dirigirse a la sociedad, según la teórica orientación ideológica del medio y de la persona que transmite el mensaje. Señalaré tres grandes grupos para facilitar la localización:
. Los públicos, que tienden a una información aséptica sobre los dos grandes partidos y sobre los que en algún momento son bisagra, gobierne PSOE o PP . Utilizan la equidistancia para remarcar la neutralidad oficial del estado aunque cargan las tintas positivas sobre su propio partido y negativas para el contrario si gobierna uno u otro. PP y PSOE dan poca cancha a terceros, si estos terceros no dicen cosas positivas para el gobierno y negativas para el opositor.
Para poner un ejemplo : el trato que se da a IU es secundario, siendo la tercera organización en número de votos, pero si IU hace una crítica al PP gobernando el PSOE, se le da más tiempo y difusión. Y a viceversa si gobierna el PP. Al PCE, los medios públicos ni agua, argumentan que el PCE no se presenta a las elecciones. Falaz argumento ya que a Unió Democràtica de Catalunya, antes de que Duran i LLeida fuese portavoz de CiU, ya se la trataba como existente, a pesar de que tampoco se presentaba directamente a las elecciones. Pero claro, UDC es de derechas y sirve para un roto y para un descosido.
Sobre el estilo general de los presentadores se puede decir que muchos y muchas parecen monjitas politicamente correctas. Sólo se exceden cuando hablan de comunismo, del muro, de Chavez, de Cuba....Luego tienen un equipo de tertulianos mamporreros para decir lo que el medio no dice. Aclaro, sin embargo, que la última vez que gobernó el PP algunos presentadores parecían hienas, ahora son, en general, más discretos.
. El segundo grupo, es el de los liberales del mercado y de la política que, desde posiciones netamente conservadoras, atacan, denuncian, descalifican, y ridiculizan todo lo que no sea aceptar sin condiciones la política de mercado y sus leyes. Se consideran liberales puros en la política y en la economía, aunque sus argumentos tienen poco que ver con el sentido histórico del concepto liberal. De hecho, son neoliberales en economía y partidarios del pensamiento único en política. Conservadores, rayando en muchas cosas la reacción.
. El tercer grupo es el de los reaccionarios directos, fascistas de fondo y golpistas potenciales. Aceptan, defienden e impulsan sólo a los dirigentes más neoliberales y reaccionarios del PP. Hasta Rajoy les parece de centro izquierda.
Su lenguaje y estilo es fascista.

Hay una cosa común a todos los grupos, aunque con matices : son mercenarios del sistema. Cualquier cosa que vulnere levemente las leyes del sistema ( mercado, pensamiento único, privatizaciones....) se debe relativizar como excentricidad, marginar para que no contamine, o extirpar directamente por el método que sea. A grosso modo, relativizar, el primer grupo, marginar el segundo, extirpar el tercero, aunque la línea divisoria no sea tan rígida. Unos lo hacen con condescendencia y pretendida neutralidad ante las ideas que combaten por fracasadas, otros con la prepotencia y desprecio de los emisarios directos del neoliberalismo y los últimos hasta con grosería fascista, enemigos eternos de lo que huela a comunismo o socialismo. En medio, quedan los teóricos neutrales que esperan siempre ver por dónde caerá la pelota y quién mandará, para mojarse.
En la actual crísis, todos han llegado a la misma conclusión : no hay, ni habrá ninguna alternativa a las decisiones y planes del mercado neoliberal, del pensamiento único, del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial , de la Unión Europea, de la banca y de las finanzas. Seguir al pie de la letra sus mandatos es lo único posible. Los medios de comunicación y propaganda tienen que estar al servicio de esta política. Es imprescindible levantar también una alternativa de comunicación, información, opinión y contrapropaganda capaz de competir con la manipulación del sistema. Una alternativa plural y democrática, elementos importantes de ella ya existen, que sea eficaz y coordine esfuerzos.

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